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Pasaje devocional: Lucas 1:46-56

Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Lucas 1:47

Después de ver a Zacarías, el ángel Gabriel hizo una segunda visita. Esta vez visitó a María, en Nazaret de Galilea, para hacerle un anuncio muy especial a esta virgen desposada con José antes de que se unieran como marido y mujer. También le comunicó a María que Elisabet esperaba un niño. María decidió ir a visitar a Elisabet, gozándose de que estuviera esperando un bebé después de ser entrada en años. Como eran parientes, ella fue a respaldar este acontecimiento tan feliz y, además, a decirle que ella también esperaba un hijo.

María pasó varios meses con Elisabet. El canto de alabanza y gozo de María ha sido llamado el Magnificat. La maravillaba haber sido escogida entre todas las mujeres de Nazaret de Galilea para llevar en su seno al que sería el Salvador de la humanidad, a Dios hecho hombre, al Cordero sin mancha.

Ella exaltó el nombre de Dios, aunque corría el riesgo de que la acusaran de ser infiel y de que su futuro esposo la despreciara. En su corazón María le agradeció al Padre que la hubiera escogido y magnificó Su nombre. Ahora todas las generaciones la llamarían «bienaventurada».

Padre Santo y Todopoderoso, dame el valor y la fe que tuvo María para que yo te exalte con mi vida.

Un devocional de Revista Quietud-Invierno

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