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Pasaje devocional: Hechos 8:26-40

Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde toda escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Hechos 8:35

Nada en la Palabra de Dios debe desecharse. Podemos aplicar a nuestra vida todo lo que allí está escrito. Algunas personas piensan que el Antiguo Testamento no tiene nada que ver con lo que sucede en la actualidad. La Biblia es la palabra de Dios, de tapa a tapa. Nosotros no tenemos el derecho ni la autoridad para tener una opinión opuesta a esta verdad. Todo lo que dice la Biblia se puede aplicar a cualquier persona y en cualquier sitio, como sucedió con el etíope y un judío en medio del desierto.

Por lo general tenemos la tendencia de relacionarnos con personas que son de nuestra misma raza, que hablan nuestro idioma y practican nuestras creencias. Eso no es un pecado, sino un defecto que nos impide relacionarnos con los demás. Pero a veces Dios nos envía en otra dirección, aunque no parezca tener sentido. El evangelio de Jesucristo no está limitado a una raza, nación o idioma. Dios creó a toda persona para que escuche la historia completa.

No deje la historia a medias. Nada debe interponerse entre su testimonio cristiano y el mensaje bíblico. Aproveche cada oportunidad que Dios le da para testificar de Jesús.

Hable con Jesús y prométale que contará su historia.

Un devocional de Revista Quietud

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