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PASAJE DEVOCIONAL: 1 SAMUEL 3:1-10

Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla porque tu siervo oye. (1 SAM. 3:10)

Existe una diferencia entre oír y escuchar. Muchas veces hablamos a nuestros hijos y ellos no quieren escuchar el mensaje, por lo que es imposible establecer una comunicación. En la época que vivió Samuel las personas no querían oír la voz de Dios, aunque muchas veces Él quería hablarles. Las personas no quieren escuchar la voz de Dios porque demanda un cambio de actitud que no están dispuestas a realizar. Aunque Samuel era un niño, su actitud nos muestra que estaba dispuesto a escuchar la voz de Dios. Él no podía comprender lo que estaba sucediendo, no estaba acostumbrado a que Dios le hablara. Necesitó la ayuda de Elí para escuchar lo que Dios quería decirle.

El Señor nos habla de diferentes formas. Muchas veces a través del mensaje del pastor o el consejo de una hermana o circunstancias que se van presentando que nos hacen reflexionar y pensar en lo que Dios está tratando de decirnos. Es posible que cuando Dios quiere decirnos algo exista alguna interferencia que evite que el mensaje sea claro. Esa interferencia casi siempre es alguna actitud o pecado que bloquea la buena comunicación que Dios quiere que tengamos con Él. Es necesario que nuestros oídos estén abiertos y que nos presentemos delante de Dios con un espíritu humilde, que estemos dispuestas no solo a escuchar Su voz, sino también a servirle con agrado y sin condiciones. No necesitamos equipos electrónicos para mantener una buena comunicación con Dios, tampoco recibimos un mensaje diciendo que la batería no está cargada o que no estamos conectadas. No se nos pide que marquemos otro número, ni tampoco encontramos los circuitos ocupados. Nuestra línea con Dios siempre está disponible. Es un gran privilegio poder ir al Padre a través de Cristo. Si de verdad queremos oír la voz de Dios, debemos mantenernos conectadas con Él por medio de la oración, la lectura de Su Palabra y la comunión con los hermanos.

Ora para que al oír la voz de Dios seas diligente para obedecerle

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español).

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