[Pasaje devocional: Salmo 4]

Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare. (Salmo 4:3)

En la vida hay recompensas que no imaginamos tener un día. El salmo de esta meditación nos habla de un Dios que está siempre atento a los suyos. Y los que son de Él, son personas piadosas que serán recompensadas.

El apóstol Pablo le recordó una y otra vez a Timoteo la importancia de la piedad. Le aseguró que la práctica de la piedad era de gran ganancia y va acompañada de contentamiento. La recompensa para el piadoso conlleva no solo que el Señor oirá su clamor, sino que nos dará alegría por encima de lo que otros pudieran tener (v. 6). Ellos poseerán cosas materiales, pero para los piadosos la recompensa es más que posesiones o placeres terrenales, que al final, son temporales.

Cuando el piadoso clamare, Dios lo oirá y le dará el gozo de vivir y cada noche cuando vaya al lecho, dormirá en paz. En medio de un mundo lleno de impiedad y maldad, los piadosos seremos recompensados al ser librados de la tentación de contaminarnos con la inmundicia de este mundo (2 Pedro 2:6-9).

Gracias, Padre, porque mi fe en ti me hace estar entre los piadosos.