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Por Trillia Newbell.

Hace poco tiempo un grupo de piratas informáticos expuso a millones de hombres y mujeres que usaban un sitio de internet que los ayudaba a practicar el adulterio. Este anuncio a personas que discretamente querían tener una aventura amorosa. Los expuestos experimentaron devastación, confusión, tristeza, arrepentimiento y vergüenza. Pero antes de seguir adelante pensemos en un par de cosas que podemos aprender de este hecho.

Vivir una fantasía

Después que se publicaron los nombres, varias organizaciones y noticias analizaron a los usuarios. Una observación que continuó saliendo a la superficie era que los hombres y mujeres en la lista realmente no estaban engañando a sus parejas, sino que estaban viviendo en un mundo de fantasía.

Se dice que nadie comete un desliz. La aventura amorosa comienza en la mente, fantaseando sobre lo que podría ser. Comienza construyendo una relación con alguien más. Para que podamos aprender de este hecho, debemos recordar lo que es real.

Primero, dejemos de vivir en una fantasía acerca del matrimonio. No estamos casados con una persona perfecta, y nosotros tampoco somos perfectos. Estamos casados con un ser humano pecador. La realidad es que el matrimonio no es fácil. Mantener un matrimonio sin que se desmorone requiere trabajo. Así que, reconocer esa realidad es un buen primer paso. Pero también debemos comprender que el llamado al matrimonio no es un compromiso opcional. Como cristianos, tenemos un pacto. El matrimonio se debe proteger y preservar. ¡Es una institución tan importante que en Efesios 5, el Señor usa el matrimonio como una analogía de la relación entre Jesús y la iglesia! Eso no es poca cosa.

Incluso con esta comprensión del matrimonio, debemos reconocer que nadie va a satisfacer nuestros deseos más profundos, sexuales o no. La realidad de la caída de nuestro matrimonio debe llevarnos a nuestro Salvador. Estamos llamados a ser fieles a nuestro cónyuge y a Jesús. Esta fidelidad significa poner a un lado nuestras fantasías.

Salido de las cenizas

¿Ha oído usted la frase “hay belleza en las cenizas”? En nuestro matrimonio también hay belleza en la ceniza. Hay el gozo y el deleite que viene con el amor sacrificado por el otro. Dios permite que dos personas pecadoras crezcan en amor y se aprendan a amar y a disfrutarse el uno al otro. La sangre del Cordero puede redimir su matrimonio. Ponga sus fantasías a un lado y pídale a su Salvador que fortalezca su fidelidad. Podemos estar seguros que Dios será fiel con nosotros ¿Será usted fiel a Él?

Trillia Newbell es la autora de United (Unidos) y Fear and Faith (Temor y Fe). Ella también ha escrito para Desiring God, Christianity Today, Revista Relevant, The Gospel Coalition, y más. Trillia está casada con su mejor amigo, Thern, y ellos viven con sus dos hijos cerca de Nashville, Tennessee.

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