Skip to main content

Por Jeanine Martínez de Urrea.

Me gusta pensar en nuestra generación. A menudo dedico tiempo para meditar en lo qué nos caracteriza a los 7 billones de seres humanos que caminamos juntos por esta tierra. ¿Cómo seremos recordados por futuras generaciones, si Cristo no viene antes? Y no me refiere solo a los creyentes sino a toda nuestra generación. He considerado que nos caracteriza: el cansancio. Estamos en medio de una generación cansada. Las palabras de Isaías se denotan descriptivamente reales: los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen” (Isaías 40:30, RV1960). Vivimos constantemente cansados. Hasta los niños están cansados. He notado que hay una relación entre humildad y descanso.

¿Quién puede autoproclamarse humilde? De hecho, hacerlo es una señal de falta de humildad, solo Cristo pudo hacerlo. Pues solo en su caso es verdad. El solo hecho de tener a Cristo encarnado es la muestra viva de humildad. Siendo igual a Dios no estimo ser igual a Dios como cosa que aferrarse. (Filipenses 2:6-8)

Cristo usó varios adjetivos atributivos para describirse. Quiero llamar tu atención a lo que dijo de sí mismo en uno de sus mandatos preferidos. 

“Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas.” Mateo 11:29 (énfasis de la autora) Generalmente nos enfocamos en la primera o en la segunda parte de este versículo sin tomar en cuenta el contexto, la promesa y la totalidad de las palabras de Jesús en esta maravillosa instrucción.  

Cristo mismo se cansó. Y cuando esos momentos llegaron, donde su limitación humana demandaba dormir, Él así lo hizo. Cuando Su cuerpo necesitaba comer, sin indulgencia, así lo hizo. Cuando Su alma necesitó consuelo o fortaleza en Su espíritu, Él se retiró a buscarlo en la fuente, Su relación con el Padre. Jesús supo llevar Su yugo, reconociendo Su realidad humana, (a pesar de ser 100% Dios, el era 100% hombre).

A continuación, veamos algunas de las afirmaciones y mandatos que el Nuevo Testamento tiene referente a la humildad. Todos ellos se hacen realidad en Cristo. Ciertamente tuvo la tentación de no ser humilde, pero no cedió, nunca pecó. (Hebreos 4:15)

Cada una representa instrucciones prácticas de cómo INTENCIONALMENTE ser humildes en nuestra vida. Estas se aplican a todas las relaciones, asignaciones y estados de nuestras vidas; al relacionarnos con nuestros hijos, esposos, empleados, jefes, líderes en la iglesia, discipulado, ministerios, plataforma e interacción en medios sociales. No importa si estamos en la soltería, matrimonio, divorcio o viudez.

  • 2 Corintios 10:1-3 “Yo mismo, Pablo, les ruego por la mansedumbre y la benignidad de Cristo… Pues, aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne.”
  • Gálatas 6:1 Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
  • Efesios 4:2 Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor,
  • Colosenses 3:12 Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;
  • Santiago 3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
  • 1 Pedro 3:13-15 ¿Y quién les podrá hacer daño a ustedes si demuestran tener celo por lo bueno?  Pero aún si sufren por causa de la justicia, dichosos son. Y no tengan miedo por temor a ellos ni se turben, sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia,

Durante nuestra santificación, la humildad es un ejercicio de la voluntad, de reconocimiento, de arrepentimiento, de honestidad y sobriedad. Es una actitud, el eje que debe ser cultivado y fortalecido en todo lo que pensamos, somos, hacemos y decimos. Porque del corazón fluyen todas las cosas. La vida fluye de allí. Una vida humilde, sólo podrá fluir de un corazón humilde.

Cristo, siendo Dios encarnado, nos reveló un aspecto del carácter de Dios que solo conoceríamos en Su encarnación humana. Al final, creo que los creyentes a diferencia de otras generaciones, cada vez menos somos identificados ante el mundo por nuestra humildad. En muchas situaciones es todo lo contrario.

La humildad no es nada similar a la tan común y sutil, “falsa humildad”. No se trata de pensar que soy menos de lo que soy. O decir dichos evangélicos como: “yo solo soy un siervo inútil” mientras buscamos reconocimiento o “Todo es para la gloria de Dios” cuando buscamos que esa gloria brille para nosotros. Dios no puede ser burlado y no podemos ser tan ingenuos de ser engañados por este corazón. 

Las verdades en las cuales sí podemos descansar y ser afirmados es que: 

  • Dios ha puesto su imagen en todo ser humano, y esto da gran valor inherente. (Gen 1:26-27) 
  • Hemos sido hechos por Dios (2:21) y somos corona y hechura especial entre la creación. 

Sí tenemos gran valía, pero ese valor nos ha sido dado, así que ¿porqué enorgullecernos, gloriarnos y hasta compararnos con otros? ¡No hay duda que esto es bastante cansado! Es una lucha constante por ganancia y reconocimiento que nos agota. Sobre todo, desvía nuestras energías de lo que más importa, llevar el yugo fácil prometido por Cristo y seguirlo. Ahí está el verdadero descanso.

Mi oración, es que podamos ser una generación descansada en la obra y ejemplo de Cristo. Mientras seguimos Su ejemplo de humildad, nuestras almas encontrarán verdadero descanso. Solo seamos lo que Él diseñó que seamos, no aspiremos a más, no seamos menos. Solo hagamos lo que Él nos ha encomendado a hacer, no hagamos de más ni hagamos de menos. Reconozcamos nuestras limitaciones y descansemos en Él. Porque Él así es, porque Él así lo hizo.

Jeanine Martínez es misionera en Guatemala y sirve con Iglesia Reforma. Es enviada por la Iglesia Bautista Internacional, República Dominicana. Tiene una Maestría en Artes en Estudios Teológicos y Liderazgo Intercultural por el Seminario Bautista del Sur (SBTS), y una Maestría en Ciencias en Ingeniería Sanitaria y Ambiental (INTEC). Sirvió como misionera transcultural, con enfoque en enseñanza bíblica, entrenamiento misionero y discipulado, en el Sur y el Este de Asia por casi 9 años. Es apasionada por hacer discípulos de Cristo, de todas las naciones, a través de la enseñanza bíblica. Le gusta cocinar, la música, y conocer personas de distintas culturas, apreciando la multiforme gracia. De vez en cuando, recuerda detenerse y oler las flores.

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close