Skip to main content

Odette De Carranza

Los grupos pequeños son una de las herramientas más útiles para promover el crecimiento espiritual y la integración de las mujeres dentro la iglesia, y la razón es muy sencilla, las mujeres por naturaleza buscan formar relaciones significativas y cercanas más allá del tiempo de reunión congregacional.

Con los años, en la iglesia hemos pasado por diferentes etapas y hemos visto cómo este modelo ha sido de gran bendición no solo para las mujeres que asisten, sino también para las que están a cargo porque les permite crecer en su conocimiento de la Palabra, en su relación personal con el Señor Jesús y todo eso se refleja en una madurez como creyente en la fe.

Si bien entendemos que la realidad y la necesidad de cada iglesia puede ser muy particular, es muy común que el primer paso de inicio de una actividad de mujeres esté relacionado con una reunión general dirigida solo a las mujeres, por tanto, cuando esa dinámica ya se da dentro de la iglesia, este puede ser el siguiente paso que se puede tomar.

Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que se puedan alcanzar también hay ciertos errores sutiles en los cuales podemos caer y que debemos tener en cuenta al considerar estos grupos dentro de la iglesia.

Algunos aspectos en los cuales podemos errar tienen que ver con:

  • Sujeción. Este es uno de los primeros principios que debemos tener en cuenta. Los grupos pequeños, ni quienes los dirigen deberían actuar independientemente del liderazgo de la iglesia, ni del liderazgo del Ministerio de Mujeres. El principio de sujeción a la autoridad debe estar presente. Aunque muchas veces el surgimiento de estos grupos se da de manera espontánea, la meta a la cual debemos apuntar es que no funcionen de manera aislada, sino que puedan verse como parte de un todo que es la iglesia.
  • Propósito. Debemos tener mucho cuidado en que estos grupos se formen sólo para satisfacer la necesidad de relacionarse socialmente. La mayoría de las iglesias tiene una gran presencia de mujeres entre sus miembros, muchas de ellas con grandes necesidades no solo espirituales, sino emocionales y sociales, por tanto ser parte de un grupo pequeño puede verse solo como una forma de compartir actividades o disfrutar de compañía dejando de lado la razón más importante que es poder crecer en el conocimiento y la aplicación de las verdades de la  Biblia a su realidad cotidiana. Tenemos un llamado a crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios y a reflejar el carácter de Cristo, por lo tanto, la forma como podemos evitar que estos grupos sean solo un tiempo de compartir socialmente, es tener un esquema para que todas las mujeres sepan qué es lo que se espera de ellas en ese tiempo. Para esto sería muy útil tener claro aspectos como: ¿cuánto tiempo deben durar estas reuniones? Si no tenemos esto definido corremos el riesgo que cada reunión sea una incertidumbre o dependa de cuánto quieran hablar las hermanas ese día.  En cuanto a la enseñanza, una buena forma de definir qué se va a estudiar es viendo las características del grupo, la madurez que puedan tener o la etapa de la vida en la cual se encuentran. Otro aspecto que considerar es el tiempo de oración, queremos poder orar por las necesidades del grupo, ¿cuánto tiempo ocuparemos en esto?

Muchas veces tenemos la idea errada de que las reuniones deben fluir sin ningún esquema para que puedan ser de bendición, sin una hora establecida de inicio o de conclusión. Sin un tema claro a tratar  y aunque se pueda mantener cierta flexibilidad por situaciones particulares que se presenten, la improvisación no debiera ser la norma, porque a largo plazo esto no crea estabilidad en el grupo.

Otros detalles que debemos considerar:

  • El Lugar. ¿Dónde deben reunirse los grupos pequeños, en la iglesia o en las casas?  Esta es una variable que debe ser considerada por cada ministerio, muchas veces la iglesia puede ser el lugar donde se inicien y luego con el tiempo las hermanas irán disponiendo sus casas para estas reuniones. Gracias a la bendición de Dios y con el deseo de llegar a una mayor cantidad de lugares, con los años hemos podido tener grupos en diferentes zonas de la ciudad y en diferentes horarios de modo que podamos brindar espacios tanto a la mujer que puede ir a una reunión en la mañana, o la que puede ir por la noche, la que puede en la semana o durante el fin de semana.
  • Las encargadas. Son las hermanas que están a cargo del grupo de estudio, muchas de ellas pasan a esta etapa luego de haber sido fieles asistentes a algún grupo pequeño por cierto periodo de tiempo, en el cual no solamente recibieron enseñanza de la Palabra de Dios, sino también la experiencia práctica para manejar diferentes situaciones que se pueden presentar en una reunión. Situaciones como: ¿Cómo manejar a la hermana que siempre interrumpe?, ¿cómo enseñar a que el tiempo de oración es de grupo y no individual?, ¿cómo mantenerlas enfocadas en el tema del día? ¿Cómo dar apoyo a una hermana que tiene una necesidad específica? Como podemos ver, no solamente se requiere de una hermana con buena doctrina y manejo de la Palabra, sino también que pueda manejar estos aspectos prácticos que se van a presentar semana tras semana.

Y por último, ¿cuál queremos que sea el impacto de estos grupos en las vidas de las hermanas? Que sean espacios donde sean instruidas de forma regular y sistemática, que esas verdades sean una realidad aplicada en cada circunstancia que estén atravesando, que puedan crecer en la comunión con otras mujeres y sean alentadas con el testimonio de la obra de Dios en la vida de cada una de ellas, que sea un espacio que las acerque a la vida de iglesia de modo que se sientan más comprometidas e integradas.

Odette es creyente desde hace 35 años y sirve como diaconisa en la Iglesia Bautista Internacional, donde forma parte del comité coordinador del ministerio de mujeres Ezer en el área de organización de grupos pequeños de estudio y oración. Es madre de tres hijos: Nahir, Michelle y David.

One Comment

  • Victor Núñez dice:

    Me parece excelente dicho material sobre grupos pequeños. Soy pastor de una iglesia y trabajamos con grupos pequeños para mujeres, jovenes, varones, matrimonios y familiares.
    Gracias por vuestro valioso aporte.
    Dios les bendiga.
    Pastor Víctor Núñez

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close