Skip to main content

Pasaje devocional: Romanos 12:9-21

Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. Romanos 12:10

La esencia de la vida cristiana es servir a los demás y hacer el bien, honrando así a Dios. El viejo refrán “Haz bien y no mires a quién” resume nuestra responsabilidad personal ante Dios y los hombres —en todo tiempo.

En el pasaje de hoy el apóstol Pablo nos describe en qué consiste la vida cristiana auténtica y comienza con una cláusula categórica sobre cómo debemos amar: Sin fingimiento alguno. Dios quiere que seamos transparentes en nuestra manera de ser, mostrando un amor genuino que vaya más allá de las emociones y conducta superficiales. El amor sincero requiere esfuerzo y dedicación y solamente se demuestra en el servicio desinteresado a los demás, sin un asomo de egoísmo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros (Filipenses 2:4).

Para amar a los fáciles de amar y a los no fáciles, es necesario que habite en nosotros el amor de Cristo, quien se dio a sí mismo por toda la humanidad. Amar, perdonar, honrar y aceptar a otras personas diferentes a nosotros es una decisión, no es una opción. Debemos esforzarnos para ser diligentes, activos, dispuestos a ayudar en lo que sea necesario. Que nuestra actitud diga “lo mío es tuyo, mi casa es tu casa”. Mantengamos nuestro faro ardiendo, hirviendo de entusiasmo en el servicio que honra a Dios, buscando su gloria y no la nuestra.

Señor, dame tu gracia para servirte con amor.

Un devocional de Revista Quietud

One Comment

Leave a Reply

Hit enter to search or ESC to close