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[PASAJE DEVOCIONAL: SALMOS 126:1-6]

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres. (Sal. 126:3)

Gran cosa fue que hoy abriéramos los ojos. Gran cosa fue que hoy, como cada día, todas las perfectas leyes que rigen este universo, se mantengan invariables y perfectas. Que la luz del sol nos alumbre y nuestros pulmones se llenen de aire. Pero mucho más, si un día con arrepentimiento, confesión y fe, le abrimos el corazón a Cristo, tenemos un propósito muy especial para estar alegres: reconocer que Dios perdonó nuestros pecados y nos adoptó como hijas dándonos una herencia eterna.

Sí, hoy fue hecho para reconocer cuán grandes cosas ha hecho Jehová con nosotras, y es para estar alegres, muy alegres. Pero, ¿qué pasa si hoy amanecemos sumidas en la tristeza del abandono de una amiga o la traición de un ser amado? ¿Qué si las aflicciones presentes nublan el buen propósito de Dios para nuestra vida? ¿Se justificará la falta de gozo que debe ser parte de saber que eres amada por Dios? ¿Será que hoy no hay alguna razón para estar alegres? Con fe, siempre existe la seguridad de que todo obra para bien de las que confían y esperan en el Señor.

Con fe, cada amanecer es de esperanza, aunque parezca que las nubes negras de las circunstancias todo lo cubren. Con fe, los ojos del corazón ven el amor y el cuidado de Dios, aun en los momentos más difíciles de la vida.

Estemos de pie o en una cama, acompañadas de seres queridos o solas, en abundancia o en escasez, apreciadas u olvidadas, recordemos que grandes cosas Dios ya ha hecho por nosotras y que las seguirá haciendo siempre. Se trata de una realidad gloriosa que podemos apreciar y disfrutar. Dios es amor y no se ha olvidado de nosotras. Abramos los ojos y miremos cada una de Sus bendiciones.

Señor, hoy como todos los días de mi vida, haces
cosas grandes y maravillosas, las aprecio,
y mi corazón se alegra.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)

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