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Por Verónica Rodas

Para entender la diferencia debemos saber qué significan estas dos palabras: “talento” y “carácter”.

TALENTO: se trata de la capacidad o habilidad que sale naturalmente. El talento en algo es cuando una persona es apta para determinada ocupación. Es lo que la gente ve que sabes hacer y que Dios hace por medio de ti. 

El talento es útil y necesario en nuestra vida, pero lo es si va acompañado de un carácter piadoso en una dependencia continua a Dios. Si es desarrollado de esta manera dará fruto y será realmente beneficioso; de lo contrario será solo una habilidad superficial y no algo profundo y verdadero.

El talento sin profundidad y madurez es dañino. Uno puede confundirse y creer que es maduro y profundo por ver su talento en tal o cual área; puede pensar que ya está preparado para desarrollar un ministerio solo por ver que tiene cierta habilidad.

Este engaño se convierte en un arma dañina y la persona puede terminar perdiendo todo.

Por ejemplo, cuando leemos la carta de Pablo a los Corintios, vemos claramente que era una iglesia llena de “dones” y “talentos” pero inmaduros, no necesariamente rebeldes, sino inmaduros, necesitaban crecer y ser más profundos y espirituales. Entonces podemos decir que aquellos que tienen dones, pero todavía no han caminado una vida de dependencia en Cristo y santidad, están en peligro; en el peligro de caer en este engaño de pensar algo irreal de ellos mismos; en peligro, no necesariamente desobediencia, sino siendo inmaduros y en la necesidad de aprender.

A los Corintios no les faltaba ningún don, estaban llenos de capacidades y habilidades. Nada os falta en ningún don… (1 Corintios 1:7), pero lamentablemente estaban llenos de peleas y dominados por su naturaleza pecaminosa:

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? (1 Corintios 3: 1-3) 

Podemos ver claramente lo peligroso que es estar llenos de “talentos” pero manejarnos carnalmente. Pablo no pudo hablarles como a personas espirituales, más bien tuvo que hablarles como a personas que pertenecen a este mundo, como a niños en Cristo. 

El inmaduro cree que Dios tiene una relación especial con él y que nadie le entiende ¿te suena familiar? 

Pablo quería enfocarlos en algo más excelente. En 1 Corintios 12:31, les anima a desear los dones que son de más ayuda para la Iglesia: 

Procurad, pues, los dones mejores

Pero no se queda solo ahí, primeramente quiere centrarse en mostrarles la verdadera manera de vivir:

Mas yo os muestro un camino aun más excelente

Ese es el camino que debemos decidir vivir cada día. 

Y esto nos lleva a la siguiente definición:

CARÁCTER: Se trata de lo que uno es. Es el conjunto de cualidades que distingue a alguien por su modo de ser y actuar. Delata lo que uno verdaderamente es, quien es en la intimidad, donde nadie le ve; es lo que se piensa en oculto, lo que no se suele exponer ni mostrar a nadie, lo que se guarda para uno mismo.

Es lo que Dios ha formado en ti. Uno suele dejar el carácter en segundo plano y centrarse en sus capacidades, pero déjame decirte que esto es un engaño, solo podrás engañarte a ti mismo y a otros por un tiempo, pero luego tu fruto será visible y lamentarás la condición en la que te encuentras. 

El carácter es en lo que necesitas invertir tiempo, trabajar en ello, pues es lo que te dará la autoridad cuando desarrolles tus “talentos”. El carácter es de lo que habla Pablo, cuando menciona: Un camino más excelente… (1 Corintios 12:31)

Hermanas, necesitamos profundidad, vivir vidas piadosas y que esa sea nuestra regla. Necesitamos dedicar nuestros días a parecernos a Cristo, a agradarle a Él y a ser como Él, trabajando primero en nuestro carácter y dejando el talento en segundo plano.

Necesitamos dejar de justificarnos y llamar “normal” a cosas que realmente desagradan a Dios. El cristiano maduro está enfocado primeramente en su carácter, en quién es en lo oculto para ser aprobado donde nadie le ve, y luego salir a la misión. 

El carnal, el niño, está centrado en sus capacidades y ya se siente satisfecho con eso. 

Piensa en qué lugar estás y toma las decisiones correctas.

Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (17) y Zoé (6). Juntos sirven al Señor en Córdoba, Argentina. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.

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