Pasaje devocional: 2 Samuel 9

Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. 2 Samuel 9:7

¡Qué hermosa historia! Es la demostración del amor que había sentido David por el padre de Mefi-boset. Un joven que se consideraba muy poca cosa para comer en la mesa del rey, y recibir las tierras que habían pertenecido a su padre. ¡Nos llena de alegría saber de acciones de agradecimiento como en este caso!

¡Pero qué triste cuando sabemos de personas que han sido mal agradecidas! Precisamente, esta semana, me tocó conversar con una amiga que le prestó su casa a una pareja recién llegada a Estados Unidos. La pareja había pasado un año entero atravesando selvas ante peligros de muerte, enfermos y más. Y esta amiga, sin conocerlos, solo porque eran familia de unas personas muy queridas para ella, permitió que se quedaran en su casa “disfrutando de todas sus comodidades”.

¡Cuál sería su asombro al darse cuenta de que aquella pareja hablaba mal de ella! Hace poco, se encontró con aquella mujer frente a frente. Para su asombro, la mujer se acercó y le pidió perdón por haber sido tan malagradecida y haberle hecho tanto daño a ella y a su familia.

¡Pero mi amiga ya la había perdonado! ¡Consciente de que para ser perdonados… también tenemos que perdonar!

Pidamos al Señor que nos ayude a ser agradecidos.

Un devocional de Revista Quietud