Pasaje devocional: Gálatas 6:1-10

Sobrellevad los unos las cargas de los otros,  y cumplid así la ley de Cristo. Gálatas 6:2

La ley de Cristo es la ley del amor. Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Sentirse amado, a pesar de haber caído, es la mejor medicina para ser restaurado al cuerpo de Cristo.

¿Cuál es la actitud correcta en el caso de un creyente sorprendido en alguna falta? El creyente espiritual debe restaurarle con una actitud de mansedumbre, sin juzgarlo ni condenarlo —del árbol caído no necesariamente hay que hacer leña. Los huesos fracturados se componen “abrazándolos” con un yeso, pero una vez que están restaurados, comienzan a funcionar como lo hacían antes en el cuerpo. Lo mismo ocurre en la iglesia, los creyentes espirituales no abandonan a los que se han extraviado, sino que los traen de nuevo al redil para que sigan caminando entre las filas de los que escuchan y obedecen la voz del Espíritu.

Todos tenemos diferentes tipos de cargas, pero hay una carga pesada con la cual nadie podrá ayudarnos, excepto Cristo. Es el peso del pecado no confesado. Y el único lugar donde nos deshacemos de esto es a los pies de la cruz de Cristo. Le invito a hacerlo, antes de que se le haga tarde…

Gracias, Señor, por cargar mis culpas y pecados. Ayúdanos a imitarte, haciendo siempre el bien.

Un devocional de Revista Quietud