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Comprendiendo la sujeción bíblica

Verónica Rodas

1 Corintios 11:9: “Tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón”.

La mujer fue creada por causa del hombre. Había una necesidad en el hombre que debía ser suplida por ella. Esto lo confirma Génesis 2:18, llamando “ayuda idónea” del hombre a la mujer. Dios creó a la mujer con un plan específico y claro, y profundizar en conocerlo y llevarlo a cabo, es un enorme privilegio para nosotras. Sabemos que Dios le dio al hombre una posición de liderazgo (1 Corintios 11:3) y a nosotras nos dice:

Efesios 5:22: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor”.

“Sujetas”, en griego es “jupotásso”: “sujetarse uno mismo” (Léxico Griego de Thayer).

Diccionario Vine: “Es un término militar que significa disponer en orden o por rangos”.

Como cuando un ejército dispone por rangos: general, comandante, oficial, cabo primero, cabo segundo, etc…, debemos ponernos por debajo en el orden o rango y someternos a nuestro esposo como nuestra autoridad.

Para esto necesitamos un corazón que cede. Ser dóciles, entregadas, sumisas a la voluntad de Dios y así ser la ayuda y apoyo que nuestro esposo necesita. La mujer es la honra de su esposo, lo cual se ve en cuánto ella lo valora, lo honra y se somete a él en su vida diaria. Esto será una hermosa honra que el esposo reflejará a los demás.

La sujeción NO significa inferioridad

Debemos tener claro que no se trata de que uno tenga más valor que el otro. Sumisión y autoridad son elementos indispensables en el orden y el diseño de Dios.

Trabajo práctico

Vamos a ver algunos ejemplos en los que podemos trabajar para cultivar en nosotras un corazón que cede:

Honrándolo: al someternos voluntariamente, comenzaremos a honrarlo y estimarlo por sobre nosotras.

Respetándolo: Dios no nos dice que sintamos que tenemos que respetar, sino que mostremos respeto (Efesios 5:33).

Responder en forma positiva: cuando nuestro esposo ha tomado una decisión, debemos apoyarla e influir así en su seguridad y capacidad de dirigir.

Estos son solo algunos ejemplos, pero sería muy útil empezar a reconocer en qué estamos fallando para poder cambiar. De nuestro corazón puede emanar una dulzura que nos caracterice, un corazón que cede es de un alto valor.

Lucas 6:45, proclama: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

Desarrollar el hábito

Debemos desarrollar el hábito y tener disciplina en esta área. Que el Señor nos seduzca de tal manera que quedemos asombradas de su voluntad y sea un deleite cumplir su Palabra de someternos diariamente, gozándonos en hacer lo que Él nos pide y ser la clase de mujer que agrada a Dios y para quien hacerlo es su deleite.

Verónica Rodas es esposa del pastor Luis Rodas. Madre de Cintia (16) y Zoe (5). Juntos sirven al Señor en Barcelona, España. Su anhelo es mostrarle a la mujer lo deleitoso y hermoso que es ser discípula de Cristo.

One Comment

  • Soledad dice:

    Ha sido de mucha ayuda sus publicaciones, vengo de un matriarcado donde por gracia de Dios ya fui liberada, estoy trabajando con la sumisión que debo de tener para mi esposo y lifeway mujeres ha sido de mucha ayuda en mi proceso no solo en mi matrimonio sino con mis hijos, que Dios los bendiga abundantemente 🙏

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