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Pasaje devocional: Hechos 1:1-11

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8

Mi hijo me preguntó: Mami, si pudieras tener un poder, ¿cuál elegirías? A lo que le respondí: ¡Ya lo tengo!

¡Hermano/a, hemos recibido el poder del Espíritu Santo! Él nos da el discernimiento para distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo que honra al Padre y lo que no. Él nos da sabiduría para tomar decisiones correctas. Si pasamos por tiempos difíciles, Él nos da las fuerzas para seguir, si lloramos, Él nos da el consuelo que necesitamos, cuando desfallecemos nos levanta, toma los pedazos rotos de nuestra vida y hace de ellos un bello mosaico, una obra de arte que glorifica al Padre.

La tarea más importante que lleva a cabo el Espíritu Santo es capacitarnos para testificar del amor de Dios con nuestra vida, pero también para presentar el evangelio de Jesús a quienes aún no tienen una relación personal con Él. No tema hablar de su fe, el Espíritu Santo pondrá en sus labios las palabras adecuadas en el momento preciso. Haga su parte que Él hará la propia.

Ore y lea la Palabra de Dios, aliméntese para el momento justo.

Un devocional de Revista Quietud

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