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PASAJE DEVOCIONAL: MATEO 11:28-30

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (MAT. 11:28)

Este es un llamado de Dios para todos. ¿Quién puede decir que no necesita descanso? Puede ser que algunos piensen que Jesús está prometiendo aquí que nos acerquemos a Él para vivir como en un paraíso. La realidad es otra. El Señor sabe lo que pesa el pecado porque lo cargó por nosotras. No podemos esperar que en este mundo imperfecto vivamos como seres perfectos. La lucha del creyente es más constante e intensa que la angustia del incrédulo. Permíteme explicarlo: desde el mismo instante en que una persona decide entregarle su vida a Jesús se convierte en enemigo del diablo. Este sujeto está constantemente atacando a los creyentes para que no cumplan el propósito de Dios en sus vidas. Recuerden que la misión de Satanás es tratar de interrumpir los planes de Dios. El incrédulo que está bajo la posesión satánica ni se da cuenta de por qué vive angustiado. Tanto el creyente como el incrédulo están abarrotados de cargas y trabajos que nos presenta la vida, pero su forma de afrontarlas es distinta. Jesús ofrece una misma fórmula para ambos. Todo este peso es la consecuencia del pecado que nos arrastra: a veces son los requerimientos excesivos que nos imponemos nosotras o nos imponen otros, el nivel de vida que queremos alcanzar o mantener, la búsqueda constante de confort o preeminencia, la necesidad de lograr alivio en medio de crisis personales provocadas por nosotras mismas, la falta de acercamiento a Dios.

El descanso que Jesús nos ofrece no es el relajamiento para nuestros músculos, sino el sosiego para nuestras almas. Es la paz con Dios. Jesús no nos dice que debemos abandonar o ignorar lo que nos cuesta trabajo. Él nos está diciendo que atemos nuestro yugo al de Él, y el peso se aligerará. Nosotras no tenemos fuerza para cargar con todo. ¿Estás dispuesta a descansar en los brazos de Jesús? Nadie más puede ofrecer lo que Dios ha prometido (Jer. 31:25).

Ora a Jesús y entrégale tus cargas, verás cómo aligera tu peso.

Un devocional de Devoción para el corazón (B&H en Español)

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