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Isaías 9:6

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte…
—RVR 1960

Cuando era adolescente, personas de otra secta casi me convencieron de que el Señor Jesús no era Dios. Fue un tiempo difícil porque estaba confundida. Así que pedí en oración que Dios mismo me enseñara la verdad. ¡Y el Señor contestó!

Abría mi Biblia y encontraba versículos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, que se referían a Jesús como Dios. El versículo de hoy es uno de ellos. «Dios fuerte» puede traducirse como «Dios poderoso» o «Dios invencible». Hermoso, ¿verdad?

Tiempo después, hablando con un joven judío, nos acusó de politeístas. «Eso no es cierto», le dije. Pero aseguraba que sí porque creemos que Jesús es Dios. Repuse que yo creía lo que las Escrituras hebreas decían sobre el Mesías, y mencioné este versículo. No quiso aceptar mi traducción española y sacó su Tanaj (Antiguo Testamento) y leyó en hebreo. Mientras leía, su cara cambiaba asombrada. «¡No puede ser!», replicó. Volvió a leer y mirándome, dijo: «Tengo que preguntárselo al rabino».

«¿Por qué al rabino si el Tanaj es muy claro?», le dije. Su contestación fue: «Porque las cosas difíciles las debemos consultar con los sabios». Espero que el Espíritu Santo haya iluminado su corazón, pues el Señor Jesús es Dios porque la Biblia lo enseña. Nunca lo dudes.

Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.

PABLO

Un devocional de Destellos de esperanza (B&H en Español)

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