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Colosenses 1:13-14

Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados. —NVI

A divina el tema de esta familia de palabras: iceberg, proa, Leonardo Di Caprio. ¡Adivinaste! «Titanic» ha sido un tema fascinante, sobre todo, para el productor cinematográfico James Cameron. No solo produjo la galardonada cinta, sino también el documental «Los fantasmas del abismo», en el cual, dos cámaras-robots submarinas fueron lanzadas al lugar del descanso final de la leyenda.

Ojos humanos no se habían asomado por aquellas hermosas ventanas desde 1912 porque no es posible sobrevivir a tal profundidad. Las luces de los robots rompen la densa oscuridad para inundarnos de añoranza al poder observar el imponente casco, ahora corroído por la sal, así como las lujosas vajillas y exquisitas lámparas cundidas de óxido.

La Biblia dice que Dios arrojó nuestros pecados al fondo del mar desde aquel día en que los confesamos y creímos en Su perdón absoluto. Él nunca más se acordará de ellos. A veces, perdemos la paz porque con los ojos de nuestra mente nos asomamos a ese abismo donde yacen oxidados los errores del pasado.

Recuerda siempre que has sido totalmente perdonada. Tu deuda ha sido completamente pagada en la cruz. Cuando se asome la culpa, toma el control de tus pensamientos y emociones. Voltea en la dirección correcta, no hacia abajo, donde domina la oscuridad, sino hacia el cielo, donde reina el Príncipe de Paz.

Mis pecados son borrados ya, mi Jesús los sepultó en la más profunda mar.

Un devocional de Destellos de esperanza (B&H en Español).

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